Por Elena (Helen) Martini Rodríguez
Para la revista Fulcrum 33 - Gastronomía
Partiendo de su herencia italo-mexicana, la autora explora cómo la gastronomía actúa como un lenguaje universal que conecta familias, pueblos y culturas. El artículo viaja por las diversas regiones de México —norte, centro y sur— para ilustrar cómo cada platillo cuenta una historia de geografía, tradición y resiliencia. Se argumenta que la comida en México trasciende el simple sustento; es el epicentro de las celebraciones, un vehículo para la memoria y una expresión fundamental que alimenta tanto el cuerpo como el alma de su gente.
Título del artículo: Gastronomía: El sabor que une familias y culturas
Autora: Elena (Helen) Martini Rodríguez
Publicación: Fulcrum, No. 33 - Gastronomía
Fecha de Publicación: Diciembre 2024
Martini Rodríguez, Elena (Helen) (2024). "Gastronomía: El sabor que une familias y culturas" en Fulcrum, 33, 36-37.
En mi propia historia familiar, las raíces gastronómicas de mis antepasados, tanto italianos como mexicanos, han jugado un papel fundamental en la forma en que nos relacionamos y celebramos juntos. La comida no es solo un sustento, es un lenguaje universal que atraviesa fronteras, conecta generaciones y mantiene vivas nuestras tradiciones.
Desde tiempos ancestrales, la gastronomía ha sido el hilo conductor que une a las familias, pueblos enteros y hasta países. La cultura mexicana es un claro ejemplo de cómo la gastronomía se convierte en el centro de nuestras celebraciones y un elemento que fortalece los lazos familiares y sociales. Desde los platillos que se preparan para una festividad como la Navidad, hasta las ofrendas para el Día de Muertos, nuestra cocina es sinónimo de reunión y afecto. ¿Quién no ha compartido una charla animada mientras se parte la Rosca de Reyes en enero? ¿O disfrutado de un cumpleaños con el tradicional mole y tamales, donde cada bocado nos hace sentir en casa?
En México, la comida es más que un placer, es una forma de entender la vida. Si recorremos el país, encontramos que cada región tiene su propio sabor. El norte, con su clima árido y desértico, nos ofrece una gastronomía que refleja su entorno. Cuando nos trasladamos hacia el centro del país, encontramos una riqueza culinaria que habla de su diversidad cultural. El sur de México, con sus paisajes exuberantes y su biodiversidad, nos ofrece sabores intensos y complejos.
La comida es, sin duda, un reflejo de la historia y el corazón de cada pueblo. En las cocinas de México, la herencia gastronómica se transmite de generación en generación, no solo en recetas, sino también en los recuerdos y el cariño con el que se preparan los platillos. Sentarse a la mesa en un día de fiesta, con la familia y los amigos, es una tradición que sigue viva y que nos une.
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