Entre un selecto grupo de mentes brillantes, una figura destacó con particular orgullo para nuestra institución: Fania Nava Olivares, exalumna de la Escuela de Lancaster, fue galardonada por la máxima casa de estudios.
Su dedicación, esfuerzo y excelencia académica fueron reconocidos al obtener uno de los mejores promedios en el exigente Sistema Incorporado de la UNAM, una distinción que subraya su capacidad y su brillante futuro.
Para la Escuela de Lancaster, el momento fue de júbilo inmenso al ver a Fania Nava Olivares, exalumna distinguida, ser galardonada por la máxima casa de estudios. Su reconocimiento por obtener uno de los mejores promedios en un sistema tan riguroso como el de la UNAM es, sin duda, un testimonio elocuente de su indomable espíritu, su tenacidad académica y su talento innato.
Fania Nava Olivares en la Ceremonia de Reconocimiento de la UNAM, símbolo de dedicación y excelencia.
Pero el éxito de Fania, y el de cada estudiante que brilla con luz propia, es también el eco de un compromiso compartido. Es el fruto de la dedicación incansable de un tejido humano: desde el claustro docente que día a día siembra la semilla de la curiosidad y guía con pasión, hasta el equipo administrativo que con su labor asegura un entorno propicio para el aprendizaje, pasando por los padres y madres que ofrecen el primer y más constante soporte, y la dirección escolar que orquesta esta sinfonía educativa.
A cada uno de ustedes, a cada actor de nuestra institución que se preocupa genuinamente por el crecimiento y bienestar de nuestros estudiantes, extendemos nuestro más profundo agradecimiento. Su acompañamiento, su paciencia y su fe en el potencial de cada individuo son los verdaderos pilares que hacen posible que el "Orgullo Lanky" sea una realidad palpable.
Un momento de orgullo para Fania, resultado de años de esfuerzo y apoyo comunitario.
Y este reconocimiento va más allá de un solo nombre. Se extiende a todos aquellos estudiantes que, bajo su propia realidad y circunstancias, se esfuerzan, se apasionan y comparten su conocimiento. A quienes persiguen sus metas con valentía, a quienes enfrentan desafíos con resiliencia y a quienes encuentran su brillo particular en el camino. Cada esfuerzo, cada momento de superación, cada sueño perseguido en silencio, es una victoria que celebramos con el mismo entusiasmo.
En Lancaster, nos enorgullece formar no solo mentes brillantes, sino corazones comprometidos y espíritus apasionados. Fania Nava Olivares es un faro que ilumina el camino, recordándonos que cuando la comunidad se une en pro de la educación, el potencial de nuestros estudiantes es ilimitado.
¡A Fania, nuestro inmenso orgullo y felicitación! Y a toda la comunidad de Lancaster, gracias por hacer posible que cada estudiante pueda soñar, esforzarse y brillar. Su éxito es la manifestación de nuestra dedicación colectiva.